Andrea Lihn: La Hija del Poeta


Andrea Lihn: La Hija del Poeta

La actriz Andrea Lihn sube esta noche a escena para interpretar a las mujeres de su padre, el poeta Enrique Lihn. Detrás de este estreno está la propia (y difícil) historia de la actriz.
por Rocío Lineros

"Enrique por Lihn" es una obra escrita y dirigida por Roberto Baeza. Pero en realidad se trata de un proyecto concebido, impulsado y finalmente cristalizado, principalmente, gracias a otra persona: Andrea Lihn, la hija del poeta, única heredera de todo su legado y actriz que en este montaje encarna a las mujeres de su padre.

"Todo partió hace como siete años con unas cartas que encontré", recuerda Andrea (42 años, dos hijos). Eran seis cartas dirigidas a seis mujeres imaginarias, probablemente destinadas a la publicación y que también incluían una declaración de amor a Gabriela Mistral.

El primer intento de teatralizarlas fue bajo la dirección de Rodrigo Pérez y se presentó en Bolivia como una pieza donde Andrea recitaba el material epistolar. El segundo intento, en Chile, le tomó bastante más tiempo y terminó siendo una obra que trata de reconstruir la memoria del poeta escindiéndolo en dos: un Lihn que hoy tendría 71 años, interpretado por Pedro Vicuña, y Enrique, o el Lihn joven, encarnado por Francisco Reyes.

Tuviste una relación complicada con tu padre, ¿cómo es encarnar a sus mujeres?

"Es algo que tiene que ver una cosa inacabada de nuestra historia. Mi padre era una persona que viajaba mucho, que estaba siempre fuera, y yo me eduqué con mis abuelos. Entonces, nos encontramos a través del teatro, que fueron como sus últimos cuatro o cinco años. Siempre quisimos trabajar juntos y nunca se pudo, porque en ese tiempo yo trabajaba mucho con Griffero".

"Encarnar estas mujeres, bueno, ha sido en parte una sanación. Yo fui hija única y era tremendamente celosa. Entonces, para mí es realmente como sanarme un poco de todo eso, todas esas trancas y esas cosas que tiene uno cuando es adolescente, rebelde, y no acepta nada. Ni una polola, nada. Al principio fue bastante difícil. A mí siempre me ha costado hablar de mi papá y he pasado muchos años sanando esta muerte".

¿Por eso no te atreviste a escribirla tú?

"¿Yo? No, no sé. Yo soy actriz, no dramaturga. No me atrevería... Además, tengo un acercamiento bastante limitado a la obra de él. Para mí, él era mi papá. Y yo era una niñita bastante caprichosa, muy regalona, entonces él como que nunca me incorporó. Excepto cuando yo empecé en el teatro. Ahí empezó a funcionar nuestra relación".

Pero pasaste por varias carreras antes de llegar al teatro.

"Sí. Yo empecé a los 18 años queriendo hacer teatro y mi papá no me dejó. Tú puedes creerlo, ¡pero no me dejó! Le parecía que era un medio muy, no sé, riesgoso. Que la gente de teatro...

¿Mala influencia?

"Sí, mala influencia", ríe. "Y entonces ahí me fui de la casa y me perdí totalmente. Pasé siete años de mi vida haciendo miles de cosas. Llegué hasta a ser secretaria en una oficina de abogados. Una cosa insólita, nada que ver conmigo. Y a los 25 tuve la oportunidad de trabajar con Tomás (Vidiella). Ahí empecé a tomarlo en serio y mi papá me empezó a creer. Entré a la escuela, me fui a Francia".

Ha sido una carrera un poco interrumpida.

"Sí, he tenido varios baches. Viví 10 años entre Francia y Chile, porque no me decidía mucho dónde quedarme. Me casé, tuve hijos y le di prioridad a tener una familia. Pero la muerte de mi papá como que me detuvo y me hizo quedarme. Ahora siento que estoy instalada en un lugar, echando raíces y comenzado la carrera que debí haber continuado siempre si no fuera por todas estas... vicisitudes. Ahora es el momento propicio".

"Enrique por Lihn".

Viernes 24 y sábado 25, 21:00. Domingo 26, 20:00. Unicas tres funciones. Sala Galpón 7. Chucre Manzur 7, barrio Bellavista. $ 5.000. Reservas: 7328764.


daniel rojas pachas

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